25/01/2024 Clarín - Nota - Editorial - Pag. 2
La Patria no se vende, pero puede hipotecarse Walter Schmidt La Patria no se vende, la Patria se defiende", es la consigna que utiliza el régimen dictatorial cubano de Miguel Díaz-Canel, socio K, para defender uno de los mayores ajustes de las últimas décadas en la isla, que impacta fuertemente en el precio del gas, energía, combustibles y agua. "La Patria no se vende", también es el mensaje político -no sindical-, elegido por la CGT en el acto con el que concluyó una marcha con mucha militancia sindical, kirchnerista y de izquierda, pero poco ciudadano de a pie, para bloquear el proyecto legistativo de Javier Milei. "Todos vamos a seguir la lucha hasta que tengamos el éxito y que esto caiga... el DNU y que se rechace la Ley Ómnibus", dijo Héctor Daer, que antes había amenazado a los diputados que votaran a favor. Con total intencionalidad política, la central obrera concretó el paro más rápido frente a un gobierno que asumió hace apenas 45 días. Hacía 4 años y 7 meses que la central obrera descansaba en la sede de Azopardo, no decidía una huelga. La última había sido contra Mauricio Macri. Claro, ni Macri ni Milei son peronistas. Así, suena lógico su silencio ante uno de los peores gobiernos desde el retorno de la democracia, el del triunvirato Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. La Patria no se vende, pero al parecer sí puede hipotecarse. La gestión kirchnerista dejó una inflación de más de 1.000%; la deuda pública aumentó el equivalente a más de 100 mil millones de dólares; la pobreza, el 45%; las reservas quedaron negativas en 12 mil millones de dólares; el dólar blue pasó de $ 70 a $ 990. Y hasta el asado subió de $ 200 a $ 2.500. El movimiento obrero, al que hace más de setenta años Perón declaró como la columna vertebral del peronismo, terminó reduciéndose al dedo gordo del pie derecho del PJ. Un grupo de dirigentes sindicales de buen pasar económico, que hizo la vista gorda con el anterior gobierno pese a que disparó el trabajo precarizado o en negro - un concepto antiperonista-, a casi la mitad de la población activa. Eso no es traición. Pero los diputados peronistas que voten la reforma que impulsa el oficialismo, serán "traidores". El peronismo como tal ha quedado reducido a su mínima expresión histórica, gobernando apenas seis provincias y sin liderazgos. Ante esa carencia, la CGT se anota para conducirlo, aunque ni siquiera pueda con- ducir un terceto en el que chocan permanentemente Daer con la irascibilidad de Pablo Moyano. La otra opción es igual de alentadora. El gobernador Axel Kicillof amaga con encabezar la nueva etapa del PJ, pero debe enfrentar la realidad de la provincia de Buenos Aires que gobierna: pobreza estructural, carencia de infraestructura y un Conurbano bonaerense que funciona como una zona liberada a la delincuencia, que ya no discrimina a la hora de matar si se trata de un adulto mayor, un joven, una mujer o un niño. Da Igual. Lejos de ser un éxito, el paro evidenció la debilidad del peronismo. A tal punto que ni siquiera obligaron al transporte a parar, lo que en otro momento era el factor principal para que una huelga fuera eficiente. Saben, sindicalistas, peronistas y kirchneristas, que no tienen margen porque el fracaso que terminó el 10 de diciembre, está latente en la sociedad. Menciones: ejescolumna
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